Para mí, disfrutar de un pan recién horneado es uno de los mayores placeres que existen, ya sea para tomarlo en el desayuno o la merienda. No hay olor que proporcione más sensación de hogar que éste.
Además, amasar es bastante divertido y una buena oportunidad para experimentar. Por ejemplo, las hortalizas ralladas o reducidas a puré modifican el sabor, consistencia y color a la masa. Siempre hay que tener presente lo que se desea conseguir ya que la textura del pan será más húmeda si se utilizan hortalizas ralladas, o más sabrosa y con un color más uniforme si se utiliza puré, como es el caso de esta receta de hoy.
Ingredientes
Ingredientes
- 130 gr de calabaza asada o cocida y escurrida
- 120 ml de leche
- 40 gr de mantequilla
- 1 huevo M
- 50 gr de azúcar moreno
- 3 gr de sal
- 6 gr de levadura seca de panadería
- 325 - 350 de harina de repostería o normal
- Mezclar en un bol la leche, la calabaza, el huevo y la mantequilla fundida.
- Añadir el azúcar y la levadura.
- Agregar la harina y amasar.
- Dejar reposar 15 minutos.
- Enharinar la superficie de trabajo y amasar durante 10-15 minutos hasta conseguir un buen resultado, sin que la masa se pegue ni quede dura.
- Reposar hasta que doble el volumen en un recipiente aceitado.
- Dividir la masa en porciones de 30-50 gr. Bolearlas y reposar de nuevo.
- Engrasar unas tijeras y hacer los cortes a las bolitas para simular la forma de la calabaza.
- Reposar de nuevo y pincelarlas de huevo batido.
- Hacer un agujerito en el vértice con el mango de un pincel aceitado.
- Precalentar el horno y cocerlas a 180° C durante 20-25 minutos.
- Colocar un trocito de nuez o pacana en el agujero y pincelarlas en caliente con un poco de leche para que brillen.
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