Esta es una versión salada de la conocida tarta Tatin de manzana que ya publiqué en su día. Suelo prepararla para cenar porque los hojaldres resultan ligeros y satisfacen. Lleva simplemente un poco de miel para compensar la acidez del tomate y semillas de sésamo en la masa. Se complementa con un picadillo de albahaca fresca y nada más. ¿Sencillo, verdad? Pues precisamente por esto es un buen pretexto para hacerla.
Puede prepararse en versiones individuales y ofrecerla de este modo a cada comensal. Sí, es un poco más trabajoso pero en cuanto veáis en la mesa el conjunto tan bonito y tan colorido, os encantará. Ya sabéis, la comida entra por los ojos. En esta ocasión, como tenía prisa, hice una grande que partí en la mesa.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 2 envases de tomatitos cherry (entre 40 - 50 unidades)
- Una plancha de hojaldre
- Unas cucharadas de aceite
- 2 cucharadas de miel
- Una cucharada de pan rallado
- Unas hojas de albahaca fresca
- Semillas de sésamo
- 2 cucharadas de leche (o yema de huevo)
- Sal en escamas
Preparación.
Saltear los tomates en una sartén con dos o tres cucharadas de aceite. Incorporar las dos cucharadas de miel y el pan rallado. En cuanto se haya mezclado la miel, apartarlos y disponerlos en un molde de bizcocho. Cubrir con el hojaldre y apretar bien los bordes. Pincelar la superficie con la leche o la yema y rociarla con las semillas de sésamo. Introducirlo en el horno caliente a 200º y dejar que se haga hasta que quede bien dorado. Sacarlo, darle la vuelta, y si se cree conveniente, dorar unos minutos más para que quede más crujiente. Decorar con la albahaca y las escamas de sal.
Buen provecho
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