Hoy he decidido preparar un plato fino y elegante a base de pasta y para ello he elegido una salsa hecha con azafrán.
Los estigmas de esta planta proporcionan un intenso tono amarillo anaranjado y por esta razón es uno de los colorantes naturales más apreciados. Su precio es alto ya que para conseguir un kilo de producto se necesita cosechar 120.000 flores, recogidas y procesadas a mano pues es un cultivo difícil de mecanizar.
¡Ojo con las adulteraciones! Generalmente se intenta que pese más. Para ello lo mezclan con grasa, aceite, humedad o minerales. Otras veces se mezcla con azafrán viejo y aparecen hilos blancos. También se falsifica con pétalos y estigmas de otras plantas (cártamo, pétalos de adormidera, cardamomo y árnica).
Para distinguir el auténtico azafrán solo hace falta ver como flota en el agua y la tiñe lentamente. Si se hunde, tiñe rápidamente o no tiene aroma es que está adulterado.
Lo mejor es mirar la etiqueta: nombre, calidad, cantidad, número de lote, productor y origen. Y después de toda esta charla, aquí dejo la receta.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 500 gr de pasta larga
- 60 gr de mantequilla
- 100 gr de cebolla
- 600 gr de calabacín
- 250 ml de crema de leche
- 1/4 de cucharadita de hebras de azafrán picadas
- Sal y pimienta negra
- 8 cucharadas de queso curado rallado
Preparación:
Pelar y trocear los calabacines en bastoncitos. Picar la cebolla y ponerla a pochar en una cazuela con la mantequilla. Dorar y añadir los calabacines sazonados con sal y pimienta. Poner a hervir el agua para la pasta y cocinarla al dente. Añadir la crema a los calabacines más el azafrán y reducir a la mitad. Mezclar la pasta con la salsa, incorporar el queso y servir de inmediato.
Buen provecho
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